- Té de semilla de aguacate (el rey de los remedios) ☕
Lava muy bien un aguacate grande y sácale la semilla.
Quítale la cáscara café delgada que tiene (esa sí se bota).
Córtala en trozos pequeños o rállala (así suelta más rápido sus propiedades).
Pon a hervir 1 litro de agua.
Cuando suelte el primer hervor, échale los trocitos de semilla.
Baja la lumbre y déjala 10-12 minutos (vas a ver que el agua se pone color naranja rojizo… ¡ahí está la magia!).
Apaga, tapa y deja reposar otros 10 minutos.
Cuela y listo.
Tómalo así:
Una taza en ayunas apenas te levantas.
Otra taza después de la comida (la de las 3 pm es oro para deshincharte).
Otra antes de dormir si quieres bajar de peso o dormir como bebé.
Sabe rico, como a nuez tostada, ¡y no amarga para nada!
- Polvo de semilla de aguacate (para los que van corriendo) ⚡
Después de sacar la cáscara café, déjala secar al sol o en el horno a temperatura bajita 2-3 horas.
Cuando esté dura como piedra, muélela en la licuadora o molcajete hasta que quede polvo finito.
Guárdalo en un frasquito de vidrio.
Cómo tomarlo:
Media cucharadita en tu jugo verde, licuado, agua de limón o hasta en el café de olla.
También lo puedes espolvorear en ensaladas, guacamole o sopas.
Una cucharadita al día es más que suficiente, ¡no te pases porque es poderoso!
- Agua de semilla para enjuague bucal y piel radiante 😍
Hierve la semilla entera (sin cáscara) en 2 litros de agua por 15 minutos.
Deja enfriar y usa esa agua para enjuagarte la boca (adiós encías inflamadas y mal aliento).
Y lo que sobre… ¡úsalo para lavarte la cara! Quita granitos, cierra poros y te deja la piel suavecita.
Tips bien mexicanos para que te funcione al 100: